miércoles, 20 de febrero de 2013

La posible y necesaria conexión de la Sostenabilidad y el sector del Lujo en la Moda

En principio Sostenibilidad y Lujo podrían parecer conceptos antagónicos, no obstante un detenido análisis de los mismos nos puede conducir a la formulación que vamos a sostener en esta ponencia de acuerdo con la cual no sólo es posible su interrelación sino que se considera necesaria para el avance de la humanidad.
Con carácter general, partiremos de una análisis del proceso productivo de la Moda de carácter lineal, propio del Fast Fashion, que genera profundos efectos devastadores para el medioambiente a través de la generación de gran cantidad de residuos que contaminan el medio, por tierra, mar y aire, y  termina impactando de forma negativa y directa en la salud humana.
Igualmente pondremos de manifiesto los datos de la Organización Internacional del Trabajo en los que se alerta acerca de las condiciones infrahumanas en las que trabajan mujeres y niños, con jornadas extenuantes, salarios de miseria, y falta de control de las condiciones de salubridad y seguridad con parámetros inconcebibles en países occidentales, y que tuvo un punto de inflexión en la conciencia colectiva mundial con el colapso de un edifico de la  Plaza Ranna en Bangladesh el 24 de abril de 2.013, en el que se encontraban tres fábricas y un banco, y en el que al menos 1.127 personas murieron y otras 2.437 resultaron heridas, en su mayoría mujeres y niños,  y que ha sido conmemorado en este año 2.014 a través de la iniciativa internacional “Fashion Revolution”.
Frente a este modelo, surge con fuerza el Slow Fashion que apuesta por la Moda Sostenible, respetuosa con el medioambiente, o incluso que en ocasiones puede ir más allá, regenerándolo, de acuerdo con lo expuesto por  Kate Fletcher en su obra Gestionar la Sostebilidad en la Moda    .
Igualmente, lleva a cabo iniciativas para mejorar las condiciones laborales y evitar la derivación del coste de producción de los productos.
       A continuación, nos centraremos en el sector del lujo para poner de manifiesto, que frente al fenómeno de la “democratización de la moda”, que es el eufemismo tras el que se esconde el fenómeno del Fast fashion analizado anteriormente, las primera grandes firmas como Gucci que está comercilizando una línea de bolsos confeccionados con piel fabricada a partir de soja, o Tiffanys que dejó de comercializar coral para evitar la destrucción de los fondos marinos han dado los primeros pasos. Existen ferias específicas para la moda ecológica de alta gama como el espacio So Ethic en la Semana de la Moda de París, o el Greenshowroom de Berlín. Nacen nuevas marcas como Edun, promovida por Bono el cantante del grupo U2, que ha sido objeto de inversión por el importantísimo grupo LVMH, que propone un concepto de moda socialmente sostenible producida en África con apoyo en comunidades locales. La amplía mayoría de las marcas clásicas del sector del lujo destinan una parte de sus beneficios a causas sociales y medioambientales ( Fundación Zegna) porque sus clientes lo exigen.
Si analizamos el mercado del lujo, encontraremos dentro del mismo un importantísimo sector de jóvenes profesionales asiáticos en los que la conciencia ambiental y social se determina como un valor en alza, que no quieren “que los ríos de Asia sean del color de moda de cada temporada” ni que “su ropa esté manchada con sangre”. Y es que hoy más que nunca el énfasis de “la calidad” de la materia prima componente esencial del sector del lujo encontramos connotaciones de sostenibilidad social y mediaoambiental, de forma que tal y como ha puesto de manifiesto María Eugenia Girón en su obra Secretos del Lujo “la crisis económica está produciendo un cambio en los valores de los consumidores que está transformando la excelencia social y mediambiental de algo opcional a una dimensión esencial de los productos de las marcas de lujo”
En cuanto a los procesos productivos, gana terreno la incorporación del trabajo artesano y el apoyo a colectivos desfavorecidos y comunidades locales. Y en cuanto a los diseñadores, que son auténticos motores de cambio, así como celebridades que difunden este aspecto alentados por la prensa escrita que amplifica este interés y opera como correa de transmisión entre la industria del lujo y sus consumidores. En esta línea destacamos algunos ejemplos como el de Stella McCartney, Amber Valleta, Steven Spielberg, Leonardo di Carpio, Angelina Jolie, incluso el Prícipe Carlos y la actriz Liz Hurley colaboran en The Duchy Originals, empresa de alimentos orgánicos propiedad del primero.
       Concluyendo: la Sostenibilidad no es una tendencia de temporada, ha venido para quedarse en la Moda y en el sector de Lujo. Su ascenso es imparable.